sábado, 18 de febrero de 2017

SE LLAMABA MARÍA.

Uno de los carteles más icónicos y reconocibles de toda la Guerra Civil Española (y eso que los hay por centenares) es este:

https://madridbajoelfuego.blogspot.com/ por Rodrigo Gómez Alonso



































La imagen de la víctima (una niña), corresponde a una de las decenas de personas muertas en la tragedia del 30 de octubre de 1.936 en Madrid (que ya tratamos en una publicación anterior (puedes acceder a ella pinchando aquí):

30 DE OCTUBRE 1.936, LA PRIMERA MASACRE DE LA AVIACIÓN EN MADRID

75 muertes y 253 heridos, en la primera y terrible masacre aérea sobre la todavía capital republicana (había habido ataques aéreos previos desde finales del mes de agosto de 1.936, pero mucho menos mortíferos).
Hay que recordar que estas víctimas civiles no son, como se dice en la retórica militar actual "daños colaterales", sino objetivos buscados, de cara a desmoralizar a la población atacada.
  Así de claro lo dejó en fecha tan temprana como 1945 Alfredo Kindelán, que fue el Jefe de la aviación franquista durante la guerra y promovió la candidatura de Franco como jefe único y Generalísimo. Literalmente dice en su obra  "Mis cuadernos de guerra":   
  “Franco ordenó un ensayo de actuación desmoralizadora de la      población mediante bombardeos aéreos.
Portada de la edición de 1.945 de los cuadernos de guerra del gral. Kindelán. Sometida a la censura de la época en ciertos párrafos sobre la actuación militar de Franco, es revelador que se permitiese incluir la frase citada, lo que demuestra la absoluta identificación del régimen franquista con la idea expresada:                                                                               Franco ordenó un ensayo de actuación desmoralizadora de la población mediante bombardeos aéreos.
https://madridbajoelfuego.blogspot.com/ por Rodrigo Gómez Alonso
Las terribles imágenes de los niños muertos en esos primeros bombardeos fueron, lógicamente, usadas por la propaganda del bando republicano para tratar de recuperar la iniciativa en la lucha propagandística ante la opinión pública internacional, inicialmente ventajosa para el bando sublevado, en especial al hacer uso de las imágenes de la persecución religiosa en la retaguardia republicana del verano del 36 y dada la escasa simpatía de muchos de los medios de información internacionales (de marcado caracter conservador) para con la causa republicana.

Como ejemplo de esto, según contó Jaume Miratvilles director del Commisariat de Propaganda de la Generalitat de Cataluña (entrevista para "Mi revista" nº 9, Barcelona 15 de febrero de 1.937):

Texto extraído del libro:

"GUERRA I PROPAGANDA : FOTOGRAFIES DEL COMISSARIAT DE PROPAGANDA DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA (1936-39)", de Josep Mª Solé Sabaté y Joan Villarroya Font. Ed.Viena y Archíu Nacional de Catalunya,Barcelona 2.006.
https://madridbajoelfuego.blogspot.com/ por Rodrigo Gómez Alonso

Entre las múltiples fotos tomadas por ese fotógrafo de la Generalitat destacado en Madrid,estaba la de la víctima nº 35 (4-21), una niña, arriba a la derecha en la imagen:
Arriba a la derecha la niñadel cartel, una de las 75 víctimas mortales del bombadeo aéreo sobre Madrid del 30/X/1.936.
(Imagen extraída de

"GUERRA I PROPAGANDA : FOTOGRAFIES DEL COMISSARIAT DE PROPAGANDA DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA (1936-39)", de Josep Mª Solé Sabaté y Joan Villarroya Font. Ed.Viena y Archíu Nacional de Catalunya,Barcelona 2.006. pág 131) https://madridbajoelfuego.blogspot.com/ por Rodrigo Gómez Alonso
 Para muchos estas imágenes muestran un horror inevitable y que no debe ser mostrado, por mi parte creo que el olvido de estas muertes es cuanto menos insensible, y en el peor de los casos, cómplice. Mostradas como homenaje a tantas víctimas anónimas u olvidadas de la Guerra Civil Española (y con ellas homenaje extensivo a todas las víctimas inocentes de los bombardeos aéreos sobre poblaciones civiles que ya han cumplido más de un siglo en la historia negra de la humanidad).
Por ello, quiero rendir un tributo y sacar del olvido a la niña del cartel, cuyo nombre,  María Santiago, quedó resgistrado para la Historia. (De la imagen de los cuatro niños muertos, conocemos también el nombre del niño de la esquina superior izquierda: Blas Fort), por el momento desconocemos las identidades de los niños nº 32 y nº 29 (información sobre las identidades extraída de la página 130 del libro ya citado):
 
"GUERRA I PROPAGANDA : FOTOGRAFIES DEL COMISSARIAT DE PROPAGANDA DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA (1936-39)", de Josep Mª Solé Sabaté y Joan Villarroya Font. Ed.Viena y Archíu Nacional de Catalunya, Barcelona 2.006.
Una niña muerta, una niña asesinada intencionadamente para intentar desmoralizar a la población de Madrid de cara al asalto de la ciudad, una niña llamada MARÍA SANTIAGO, simplemente María.


Blas Fort (izquierda) y María Santiago (derecha) dos de los niños madrileños muertos en el bombardeo aéreo del 30 de octubre de 1.936. 75 muertos y 253 heridos.   https://madridbajoelfuego.blogspot.com/ por Rodrigo Gómez Alonso

Se llamaba María.

https://madridbajoelfuego.blogspot.com/ por Rodrigo Gómez Alonso.

P.D. Muchos años después de la guerra civil,el cartel que encabeza este artículo aun seguía de actualidad...
"If You Tolerate This Your Children Will Be Next" es el quinto sencillo de ´This Is My Truth Tell Me Yours, álbum de la banda galesa Manic Street Preachers, lanzado en 1998. Fue publicado el 24 de agosto de ese año.


La Guerra Civil Española sirvió como fuente de inspiración para esta canción, que habla del idealismo de los voluntarios, quienes se alistaron en las Brigadas Internacionales.

El título de la canción proviene del cartel propagandístico. El texto del mismo decía "The "military" practice of the rebels" ("Las  ´prácticas militares´ de los rebeldes" '), "If you tolerate this, your children will be next" (Si toleráis esto, vuestros hijos serán los siguientes).

sábado, 14 de enero de 2017

¡BOMBAS!.


Artificieros republicanos manipulando una bomba de aviación sin estallar en Madrid. Foto "Archivo rojo", AGA.


Hay que abrir un paréntesis para un somero estudio de las bombas de aviación, sus características y efectos[1]: Las bombas de aviación tienen una estructura análoga a las de los proyectiles de artillería. Como ellos estaban construidas por una envoltura metálica, que en las bombas era muy delgada, terminada en una espoleta. Sin embargo, a igualdad de peso una bomba de aviación contenía más explosivo que un proyectil de artillería;
   así, una granada rompedora de 340 mm. pesaba 500 kg., de los cuales 30 eran de explosivo, mientras que una bomba de aviación de 500 kg[2] contenía 240, es decir, casi la mitad de su peso.

AGA. Artificieros republicanos con una bomba caída sobre Madrid tras su desactivación.


 Su funcionamiento era conceptualmente parecido al de los proyectiles de artillería, con la diferencia fundamental de que eran arrojadas desde el aire, no necesitando, por tanto, percusión para iniciar el movimiento. Además, la capacidad de penetración depende de la velocidad del impacto, del peso y de la distancia, recaía directamente en un valor fijo , el peso, y en otro variable, la altura desde la que se arrojara la bomba, ya que en este caso la distancia juega a favor de la velocidad y no en contra como con los proyectiles.
Todos estos factores hacían que la capacidad de destrucción de las bombas aéreas fuera:

Datos extraídos de: . Los restos del asedio. Fortificaciones de la Guerra Civil en el Frente de Madrid. Ejército Nacional. Madrid, 2004. Ed. Almena, Ricardo Castellano Ruiz de la Torre.
 
  El peligro de estas explosiones radicaba tanto en la onda expansiva como en la posibilidad de ser alcanzado por metralla o cascotes, o, peor aún, ser sepultado por el derrumbe de un edificio. Siguiendo la doctrina militar de la guerra aérea del periodo de entreguerras, se arrojaban simultáneamente decenas de pequeñas bombas incendiarias, para aumentar la capacidad destructiva de los bombardeos.

En consecuencia, el espesor que debían tener las construcciones para resistir el impacto de las bombas era el siguiente:

Bomba
Tierra
Mampostería
Hormigón
Hormigón armado
10 kg.
3 m.
0,75 m.
0,40 m.
0,25 m.
50 kg.
5 m.
1,50 m.
1,00 m.
0,70 m.
100 kg.
8 m.
2,50 m.
1,70 m.
1,10 m
500 kg.
12 m.
4,00 m .
2,10 m.
1,40 m.

  Con lo que es evidente que la inmensa mayoría de las edificaciones madrileñas de la época difícilmente podían soportar[3], sin riesgo para sus ocupantes, el impacto de una bomba de aviación de tamaño medio.
Si nos referimos a abrigos subterráneos reforzados, los grosores que debía tener su techumbre variaban según el calibre del armamento con que fueran atacados. Además de 1 m. de mampostería y 1 m. de piedra picada, la tercera capa (de hormigón y pegada a la superficie) debería contar con un grosor entre 0,5 m y 1,5 m. según el calibre, la protección que sentían los madrileños en sótanos y refugios improvisados era más psicológica que real, un impacto directo suponía su muerte o quedar enterrado entre escombros.

 Panoplia de bombas de fabicación alemana de la 2ª Guerra Mundial de hasta 500 kg (no todas se emplearon necesariamente en la GCE):  
Panoplia de bombas de fabicación alemana de la 2ª Guerra Mundial de hasta 500 kg (no todas se emplearon necesariamente en la GCE).


Bomba incendiaria alemana B1E, sus pequeñas dimensiones (35x5cms) y peso (1kg) permitían cargarla en gran número en las bodegas de los trimotores que bombardeaban Madrid, un verdadero peligro para una ciudad construída aun con edificios de vigas de madera

[1]              Castellano, Ricardo. Los restos del asedio. Fortificaciones de la Guerra Civil en el Frente de Madrid. Ejército Nacional. Madrid, 2004. Ed. Almena, pág 48 y ss.

[2]              En el periodo que nos ocupa las bombas que se arrojaron sobre Madrid pasaron, de las iniciales de 10 y 50 kg  a las de 100, 200 y 250 kg, sin olvidarnos de las tan minúsculas como peligrosas bombas incendiarias de 1 o 2 kg. Las bombas de 500 kilos no se emplearon hasta más avanzada la contienda, se citan a modo de ilustración de la proporción explosivo-peso comparadas con los proyectiles artilleros.


[3]           Bien las pequeñas casas obreras de una o dos planta construidas en ladrillo en los suburbios, bien los edificios de varias plantas del centrp, construidos en su mayoría en el siglo XIX, a base de mampostería, madera y tejas, según la técnica de los muros maestros, gruesas y fuertes paredes exteriores y techumbres ligeras, una bomba grande, atravesaba el tejado y varios pisos, y, al estallar, bien demolía el edificio, bien destruía su interior dejando en pie sólo los muros exteriores, como se aprecia en múltiples fotografías de la época.