JUSTIFICACIÓN
La Guerra Civil española ha sido objeto de una gran
cantidad de estudios e investigaciones, sin embargo, a pesar del inmenso
interés que ha merecido este trágico episodio de la historia reciente de
España, todavía quedan ciertos capítulos de nuestra guerra que no han recibido
toda la atención que debieran.
Asistimos por primera vez en la historia a una guerra
que llegó con fuerza a la retaguardia en forma de grandes bombardeos aéreos
contra la población civil. Cuando, cuatro meses después del fracaso del golpe
militar, los sublevados alcanzaron la capital de España, parecía que la toma de
la ciudad iba a decidir el conflicto, y si para ello debía ser bombardeada en
busca de la intimidación y desmoralización de civiles y combatientes, se haría.
Son estos bombardeos el objeto de la presente
investigación, como acontecimiento habitualmente citado y comentado en casi
todas las obras que tratan del conflicto, a nivel general y especialmente, por
la historia local de Madrid. Debido a las limitaciones espaciales de este
trabajo y dado que Madrid fue la desafortunada pionera en el padecimiento de
los primeros grandes bombardeos aéreos de nuestra guerra civil, y de todas las
grandes urbes del mundo, he marcado los límites geográficos y temporales de
este en los meses de la llamada Batalla de Madrid, en su acepción más amplia,
desde los combates urbanos de noviembre de 1936, a las batallas en su entorno
desde el otoño de ese año, a la primavera de 1937.
Las principales fuentes documentales utilizadas han
sido las siguientes:
En el Archivo Histórico Nacional, en cuyos Fondos
Contemporáneos, sección Causa General, se encuentran una serie de documentos[...] que nos aportan gran parte de los datos tratados en el presente
estudio.[1]
En el Instituto de Historia y Cultura Militar, donde se
encuentra una copia microfilmada de la documentación del Archivo Militar de
Ávila, se hallan fondos de interés para el entendimiento de los acontecimientos
militares del periodo [...].
En el Archivo de la Villa las actas del Ayuntamiento
nos iluminan su forma de funcionar en éste periodo, y cómo la guerra y los
bombardeos convivían con sus funciones administrativas habituales.
La Hemeroteca Municipal de Madrid, con su completa
colección de los diarios de la época, nos permite asomarnos a la vida cotidiana
del Madrid de la época, a la guerra, la política y la administración, así como
al tratamiento que en ellos reciben los bombardeos.
La ingente bibliografía del conflicto nos presta su
apoyo, especialmente en tres líneas: la historia de la guerra en Madrid, en la
que siempre se ha tratado el tema de los bombardeos, pero sin centrarse ni
profundizar en demasía en ello, aporta la ayuda necesaria para la visión
general de la ciudad en guerra, la vida cotidiana y los más diversos aspectos:
Matilde Vázquez y Javier Valero, Pedro Montoliú, Javier Cervera o Jesús A.
Martínez, este último, junto con Julio Aróstegui nos permiten asomarnos a la
forma de funcionar de la Junta de Defensa de Madrid, protagonista del periodo
en el que nos centraremos.
En el aspecto militar y técnico del conflicto, y de
cómo la guerra llegó a las puertas de la capital, las obras principales las
proporcionan desde un protagonista directo de los hechos, el general Vicente
Rojo Lluch a una serie de especialistas, destacando José Manuel Martínez Bande,
Gabriel Cardona y Ramón Salas Larrazábal cuyo hermano Jesús Salas Larrazábal
nos muestra la visión más completa de la lucha en el aire, aunque sin prestar
demasiada atención a sus consecuencias en el suelo.
Todas nos aportan luz al periodo, y también al objeto
concreto de nuestro estudio, pero sin tratarlo en profundidad, ni tan siquiera
en la principal obra dedicada al tema, España
en llamas, de Solé Sabaté y Villarroya, que dan una visión general del tema,
pero apenas lo rozan en su faceta madrileña, la primera y más prolongada
cronológicamente.
Finalmente llegamos al tema de las cifras, ¿Cuántos
madrileños y forasteros cayeron víctimas de la metralla de las bombas de
aviación y de los obuses?. Los testigos de época, incluyendo los corresponsales
extranjeros, como George Delapreé, Geoffrey Cox y muchos de los protagonistas
en sus memorias han dado cantidades de lo más variadas, unos para días o
semanas determinados, otros para el periodo del asalto directo, los
historiadores militares los datos del mes de noviembre, tal y como los
encontraron en las fuentes, sin analizar en profundidad, y a veces ni tan
siquiera repasar detenidamente la suma resultante. Desde quienes los minimizan
a quienes los exageran, de todo ha habido.
En este trabajo he tratado de dar las cifras más
fidedignas y documentadas, prefiriendo dar la cantidad más baja demostrable, ya
más elevada de las que habitualmente se han citado como cifras oficiales, pese
a intuir que la cantidad final deberá elevarse apreciablemente si aparecen
nuevos datos en las fuentes documentales del periodo. Aun así, ninguna cifra es
baja para unas muertes inútiles e injustas.
[1]
En el momento de realizar la investigación archivística de este trabajo, en la
actualidad estos fondos se encuentran en el Centro Documental de la Memoria
Histórica de Salamanca.
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